domingo, 22 de febrero de 2015

Fracaso escolar



Frecuentemente asociamos la posesión de unas altas capacidades intelectuales al éxito académico. Sin embargo, esto está muy lejos de ser realidad. Los alumnos con altas capacidades intelectuales pueden corresponderse con casos de fracaso escolar debido a una atención educativa deficitaria. En este marco, el Comité Económico y Social de la Unión Europea señala que "El perfil de alta capacidad no debe ser entendido como una situación estática sino como un potencial que, para ser desplegado, requiere ser detectado, reconocido y atendido por la sociedad ya que, en caso contrario, puede perderse”.
De los estudios consultados, cabe destacar que alrededor del 30 al 40% de los alumnos con altas capacidades no alcanza el rendimiento académico esperado y aproximadamente la mitad de los niños superdotados españoles no llegan a la universidad debido a que no encuentran un sistema adaptado a sus necesidades.

En este sentido, Jiménez Fernández y Álvarez González (1997, 295) apuntan que los alumnos que poseen altas capacidades pero que no logran un desarrollo ni académico ni personal adecuado, son sujetos que son emocionalmente inestables, con poca perseverancia, incapaces de ponerse metas futuras, etc. Algo que ya señalaba Low Endean (1979), cuando advertía que los alumnos de CI general elevado presentan tres clases de trastornos (en Rayo Lombardo, 2001. 58-59):

“a) Problemas de comportamiento que las autoridades escolares apenas logran controlar y que se manifiestan bajo diversas formas, desde payasadas hasta la conducta agresiva e incluso destructiva.
b) Actuaciones por debajo de su nivel o incluso malos resultados para los superdotados tranquilos y agrupados a los que sólo los tests permiten identificar. Se comprueba entonces el inmenso abismo que separa su potencial de sus actuaciones.
c) Una incapacidad de aprendizaje específica para alumnos superiormente brillantes en muchas materias pero que, por haber presentado durante la primera infancia una dislexia o alguna otra dificultad, sólo han atraído el interés por su afección y no por sus capacidades excepcionales. Basta, según parece, con ayudarles durante algunos meses para que muchos de ellos evolucionen de un modo satisfactorio”.

Estos alumnos, que con mayor frecuencia provienen de las clases socialmente bajas, suelen pasar de forma muy discreta por el ámbito académico. Jiménez Fernández (2010) señala las características que presentan los alumnos con mal rendimiento:

·        CI por encima de 130-140 en los test de Stanford-Binet o el WISC-R.
·        Presentan un rendimiento académico insatisfactorio.
·        Hablan bien, pero su expresión escrita es pobre.
·        Baja autoestima y muy crítico.
·        Se muestra contrario a la escuela.
·        Su humor no es entendido por el resto de sus compañeros.
·        Emocionalmente inestable.











Aquí os dejo un vídeo en el que se amplia lo comentado:








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